San Francisco vela por el mundo
para que tengamos por lo primero
a Aquel que siendo en lo profundo
se nos metió a carpintero.
Unge tus llagas en los corazones
para que se curen las heridas
que nos alejan los perdones
y vuelven amargas las vidas.
Enséñanos tú el camino
que te convirtió en otro Cristo
volviéndote cuasi divino
ya que atendía a tugrito.
Enséñanos a ser pobres
mejor a amar la pobreza
a que cada día llores
para limpiarme la pereza.
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